Mientras respiramos

Sólo dos horas después de iniciar el día, las aulas de las escuelas que hemos analizado acumulan ya 4 veces el límite recomendado de CO2.

Estos valores se logran incluso cuando la actividad en el aula es totalmente sedentaria. En este estudio hemos analizado las aulas sin ningún tipo de ventilación, pero si se quiere evitar superar los umbrales de CO2 recomendados, la ventilación cruzada durante pequeños períodos de tiempo es suficiente para rebajar los niveles de CO2 sin afectar a la temperatura del aula.

El 60% de los hogares analizados muestran niveles de material particulado (PM) superiores a la media del resto de espacios. Los valores más altos se detectan después de haber cocinado y en los hogares que tienen mobiliario textil.

Los hogares son el conjunto de espacios analizados con valores más altos de material particulado, con predominio de PM1. Observamos niveles de PM1 más elevados en aquellas casas en las que se había cocinado recientemente, tanto en placa de inducción como en horno eléctrico. El material textil de los hogares (como sofás, cortinas, alfombras) también puede ser un factor de acumulación de PM, que se suspenden en el aire cuando nos sentamos, movemos objetos y caminamos.

Los valores más altos de COV del estudio se encuentran en las oficinas, el 40% de las cuales se encuentran por encima de la media de los espacios estudiados.

Esto puede deberse a la presencia de impresoras, el uso de ambientadores y perfumes y las emisiones de COV características del mobiliario de oficina, que suele contener adhesivos y plásticos.

El 40% de las salas de espera de los hospitales públicos que hemos estudiado tienen valores de compuestos orgánicos volátiles (COV) por encima de la media de todos los espacios analizados, a pesar de dedicarse a la atención de personas con un estado de salud vulnerable.

Los pegamentos y demás componentes del mobiliario (melamina, plásticos y madera barnizada) están asociados a emisiones de estos contaminantes.